En septiembre de 2022, la Junta Europea de Riesgo Sistémico (JERS) emitió su primera alerta en trece años, un documento que Christine Lagarde compara con las campanas que se hacían sonar en la Edad Media para advertir a los habitantes de un peligro inminente. Algunos de los factores de aquella llamada de alerta se han materializado desde entonces. «Expresamos nuestra preocupación por el hecho de que los hogares y las empresas vieran afectada su capacidad de servicio de la deuda y, si bien el empleo se ha mantenido resistente hasta ahora, el ingreso real disponible de los hogares se ha visto sometido a una presión significativa debido a la alta inflación», describe la presidenta del BCE. «Destacamos los riesgos derivados de una fuerte caída de los precios de los activos y vimos que esto se materializó parcialmente con la quiebra de los bancos regionales con sede en EE. UU., la crisis de los gilts en el Reino Unido y, más recientemente, en las fluctuaciones de los precios de los bonos del Tesoro de EE. UU.», añade. Pero si Lagarde sigue haciendo sonar su campana es porque varios otros factores de riesgo no han aparecido todavía y prevé que lo hagan a medio plazo. Noticia Relacionada estandar Si El BCE podrá retratar al Gobierno con otro dictamen cuando hagan permanente el impuesto a la banca Daniel Caballero La medida, que iba a ser temporal, levanta ampollas en el sector, que espera el respaldo del supervisor «La rentabilidad de los bancos se verá afectada negativamente por el aumento de los costes de financiación, como consecuencia de la subida de los tipos de interés oficiales, y por unos volúmenes de préstamos mucho más bajos. Y la combinación duradera de bajo crecimiento y mayores costos de servicio de la deuda seguirá ejerciendo presión sobre los hogares y las empresas vulnerables, lo que podría hacer que los préstamos dudosos aumenten», augura. «Además, la lista de nodos vulnerables de nuestro sistema financiero sigue siendo larga, por ejemplo, los fondos del mercado monetario y los fondos de inversión, en particular los que invierten en activos ilíquidos», expresa su temor la gestora del euro, «y los canales de contagio aún podrían resurgir: en particular, las políticas de márgenes de las cámaras de compensación de las entidades de contrapartida central podrían amplificar la tensión en el sistema. Las tenencias de valores de renta fija de los bancos de la UE podrían reducirse de forma bastante significativa, en caso de que sea necesario venderlos». Así ha hablado Christine Lagarde en la inauguración de la séptima conferencia anual de la JERS, donde ha confiado en que sus advertencias funcionen «de maneras más sutiles, no solo como catalizador sino también como inhibidor: pueden ayudar a ralentizar la toma de decisiones y, por lo tanto, evitar decisiones apresuradas de gestión de riesgos; los supervisores pueden detenerse durante más tiempo en la evaluación de si las vulnerabilidades de una entidad son críticas; y los responsables de la formulación de políticas podrían resistirse con más fuerza a los llamamientos para diluir la legislación». En este contexto, Lagarde ha llamado a las autoridades financieras a «mantenerse proactivas y alerta frente a los riesgos para la estabilidad a medida que surjan». Quiere a las autoridades bancarias en su máximo nivel de capacidad de reacción y pide agilidad en sus decisiones. Incluso ha citado a Abraham Lincoln: «No dejes nada para mañana que se pueda hacer hoy».
Lagarde advierte que esta crisis todavía no ha terminado
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