Pepe Álvarez se postula para la reelección como líder de UGT: tercer mandato y la reducción de jornada en el punto de mira

El actual secretario general de UGT, Pepe Álvarez , anunció en la mañana de este jueves que se presentará a la reelección para un tercer y último mandato en el 44 Congreso Confederal que celebrará el sindicato del 25 al 27 de noviembre. Tras dos mandatos al frente de la organización, el líder afronta una última gobernanza de la central sindical con varios frentes en el horizonte más inmediato, entre los que se encuentran la negociación aún sin resolver de la reducción de jornada laboral a 37,5 horas y el nuevo frente que abre la reciente resolución del Comité Europeo de Derechos Sociales de la UE sobre el deficiente sistema de tasación del despido improcedente en España -para lo que la vicepresidenta del Gobierno y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, ya ha comunicado que convocará a los agentes sociales en este inicio del curso político-. Nacido en marzo de 1956 en la localidad asturiana de Belmonte de Miranda, Álvarez fue designado por primera vez secretario general de UGT en marzo de 2016, sustituyendo en el cargo a Cándido Méndez, que llevaba ya 22 años como dirigente del sindicato. Posteriormente, en mayo de 2021, fue reelegido para un segundo mandato durante el 43 Congreso Confederal de UGT. Con la presentación de su candidatura para el 44 Congreso, Álvarez opta a un tercer y último mandato de cuatro años, pues los Estatutos del sindicato limitan a tres mandatos la Secretaría General del sindicato. Dicha limitación se introdujo en el 41 Congreso Confederal de UGT, celebrado en abril de 2013, pues hasta entonces no existía ninguna limitación en los Estatutos. El secretario general de UGT, más allá, ha tenido que lidiar con las turbulencias de los últimos cuatro años azuzadas por el impacto de la pandemia, que han obligado a negociar con el Gobierno y las organizaciones empresariales un buen puñado de medias coyunturales -la ampliación y mejora de los ERTE para dar protección a los trabajadores durante los peores momentos de la crisis sanitaria-, además de las coyunturales que en última instancia han sido mandatadas por la Comisión Europea como condición ‘sine qua non’ para la recepción de los fondos europeos. Aquí, la reforma laboral consensuada con las organizaciones sindicales CEOE y Cepyme se alza como uno de los grandes logros, si bien los frutos de la misma parecen no colmar las pretensiones del sindicato ni deja satisfecho a Álvarez a la vista de los últimos comentarios al respecto, tras conocerse los últimos datos de empleo del mes de agosto en el que se perdieron casi 200.000 puestos de trabajo . «No nos podemos conformar sólo con los años turísticos, sólo con el empleo estacional, sino que hay que ir a empleo que genere estabilidad y buenas condiciones de trabajo» señalaba Álvarez hace escasos días apuntando que aunque la reforma laboral ha traído «mejoras muy sustanciales», siguen existiendo problemas «muy serios» en el mercado laboral, como la duración de los contratos. Cabe recordar en este punto, que pese a que la reforma laboral aprobada ‘in extremis’ a finales de 2021, y que desplegó la totalidad de sus efectos allá por marzo de 2022, ha provisto una caída importante de la temporalidad en el sector privado, de unos diez puntos en este periodo hasta situarse en el entorno del 14%, no ha sido válida para andar la misma senda en el sector público donde esta tasa se sitúa aún cerca del 30%. Además, la duración media de los contratos se ha desplomado a mínimos de los últimos 18 años -producto de la mayor volatilidad de los indefinidos por la fuerte expansión de los fijos discontinuos bajo esta naturalidad jurídica-. Y también a raíz de este traslado del empleo temporal al indefinido fijo discontinuo, la reforma laboral ha ensombrecido en cierta medida las cifras de desempleo registradas en el SEPE. Si bien el paro registrado se sitúa en mínimos desde 2008 con unos 2,57 millones de personas en esta situación, las casas de análisis elevan esta cifra al entorno de los 3,3 millones observando el elevado incremento de los demandantes de empleo con relación laboral experimentado en los últimos dos años -bolsa en la que se encuentras los fijos discontinuos inactivos, en busca de un puesto de trabajo-. Además, pendiente queda también para esta ‘legislatura’ sindical la revisión del ineficaz modelo del SEPE , incapaz de llevar a cabo la labor efectiva de la reinserción de los parados en el mercado laboral, siendo sólo entre el 3% y 4% de los empleos generados en España por intermediación directa del servicio público. Prueba de la ineficacia está en las pétreas 150.000 vacantes de empleos sin cubrir que registra el Instituto Nacional de Estadística (INE), pese al elevado volumen de parados, y de demandantes de empleo -cifra que supera las 4 millones de personas-.